Y por fin llegó el momento del parto, QUE NERVIOS PASAMOS!
Pues bien, el dia 2 de mayo de madrugada llegó el momento del parto. Este día lo recordamos como si fuera hoy...
El viernes dia 1, por la tarda L.A. nos llamó para explicarnos que tenía unos dolores un poco extraños, ella creía que podían ser contracciones, pero eran muy espaciadas y por el momento iba a quedarse en casa relajada a la espera de como seguía. No me pregntéis porque peró en ese momento tuve un pálpito y mi primera reacción fue preguntarle si debía llamar a la agencia de viajes para cambiar el día del vuelo e irnos al día siguiente, a lo que ella me respondió que no era necesario, que si había novedades fuera la hora que fuera nos llamaría por skype, pero por el momento iba a esperar.
Bien, pues pasó la tarde sin novedades y nos fuimos a dormir.... Peró la GRAN SORPRESA llegó a las 2.30 de la madrugada. Dimos un bote de la cama cuando oímos sonar el SKYPE, en ese momento los ojos se nos abrieron de golpe cuando vimos que la llamada era de L.A., quien entre lágrimas y sollozos alcanzó a explicarnos que había tenido que ir al hospital porque las contracciones eran muy seguidas y que ahora sí, no había vuelta atrás iba de parto. Llorando sólo podía decirme que lo sentía mucho porque no íbamos a llegar al parto y no podríamos ver nacer a nuestros niños como tanto deséabamos. Ella es nuestro ángel y quería que viviéramos ese momento tan especial, pero no pudo ser, el parto era inminente, tuvo que colgar el teléfono porque ya vinieron a buscarla para ir a quirófano, Álex se había posicionado de nalgas y aunque era el segundo bebé decidieron hacerle cesárea para no hacerla sufrir.
Os diré que des de ese momento que eran aproximadamente entre las 2.30-3.00 de la madrugada, hasta las 7.30, no tuvimos notícias de ella. No sabíamos nada de nada, os podéis imaginar el estado de nervios. Como anécdota os cuento que ni a mí ni a mi marido nos gusta el boxeo, pero justo esa noche retransmitían un combate importante que vimos entero entero. Tuvimos tiempo hasta de preparar nuestras maletas, la ropita de los peques, ... pero las horas no pasaban, la casa se nos hacía pequeña y los minutos eternos. En estas horas decidimos no avisar a nuestras famílias para no preocuparles, tampoco podían hacer nada. Hablamos con nuestra coordinadora de la agencia que a pesar de ser sábado se encargó de contactar con el hospital y gestionar el contacto con el médico. Estábamos asustados, nerviosos, contentos, felices, emocionados... Es una mezcla de sentimientos difícil de explicar.
Finalmente a las 7.30 de la mañana fue L.A. quien nos volvió a llamar para comunicarnos que todo había ido bien, los dos bebés estaban sanos, perfectos. Eso sí, tenían peso bajo, 1.8kg pesó Àlex y 2.1kg Marc y se los habían llevado a la incubadora. Quiero decir, para que no haya dudas, que el hospital tenía la sentencia judicial conforme ella era nuestra gestante y los padres legales mi marido y yo, por lo que le dejaron darles un beso y se los llevaron. A pesar de que nosotros íbamos a tardar en llegar no dejaban que L.A. los viera, finalmente Jennifer, nuestra coordinadora mandó una autorización firmada por nosotros en la que declarábamos que queríamos que nuestra gestante viera y cuidara de los bebés hasta nuestra llegada, confiamos plenamente en ella y nadie mejor les podía cuidar. Y así lo hicimos.
Las horas que siguen a esta última llamada os las podéis imaginar, un cúmulo enorme de sentimientos. Tan pronto como colgamos el teléfono y finalizamos la conversación en la que L.A. nos dijo que todo estaba perfecto, llamamos a nuestras famílias a quien les faltó tiempo para venir a nuestra casa, también se lo comunicamos a nuestros amigos, POR FIN HABÍAMOS SIDO PAPÁS. Ese domingo fue un día de muchos nervios, a pesar de tener billete de avión con derecho a cambio, al ser domingo, la companyia no atendía cambios, la agencia de viajes estaba cerrada, no podíamos marcharnos. Aún así y preveyendo que podía darse esa situación teníamos el teléfono personal de la chica de la agencia, a quien llamamos y nos ayudó en todo, aunque sin confirmar, nos bloqueó un vuelo para el lunes día 3 de mayo a las 10 de la mañana. Pasamo el día como pudimos, entre nervios y rápidos preparativos. Por la tarde entre lágrimas de emoción nos despedimos de mi família y de mis perros y nos fuimos a dormir a Barcelona para estar más cerca del aeropuerto a casa la hermanda de mi marido. Fue una noche complicada, debo decir, que después de tanto años, ahora parecía que debía descargar toda la tensión acumulada y sólo podía llorar. Aún así, conseguí dormirme y descansar un poquito. Al día siguiente a las 6 de la mañana ya estábamos en pie, debíamos hacer últimas gestiones, esperar la confirmación del vuelo, imprimir billetes y salir corriendo al aeropuerto. Y así lo hicimos, nos esperaban por delante 18 horas eternas de vuelo para poder abrazar por primera vez a nuestros bebés, ya estabámos tan cerca de ellos y a la vez tan lejos que no podíamos creer que por fin nuestro sueño se había cumplido.
En el próximo post os cuento como fue la llegada a Freemont, WASHINGTON HOSPITAL.
Ánimo a todos los que lucháis día a día por lograr el sueño de formar vuestra família.